Seres felices

Cómo nunca antes se trabajó este año, difícil y extraordinario, para que los mantuanos afectados por los huracanes del primer lustro del siglo,  tuvieran una vivienda decorosa.

Margarita vive la realidad placentera de su nuevo hogar.  Ella se complace en mostrar a quienes la visitan el fruto de su espera y no oculta el orgullo por cada detalle.

La misma sensación la tiene Clara Ondina, después de tantos años de vivir sorteando tormentas y goteras.

Cercano a Mangos de Roque se levanta el módulo  subsidiado de Luis Hilario Ruiz.  Más de 70 años tenía su anterior vivienda y ahora podrá descansar su vejez sin pensar en vientos y tormentas.

En una de las nuevas casas de la villa, encontramos a Mario Cala, haciendo albañilería de altos quilates.

Justo al lado, De Aquino no oculta su orgullo por una vivienda sólida, largamente esperada y en la que él y su familia ponen ahorros y empeños para que sea hermosa y confortable.

Los planes del actual 2019 están por concluir: más de 200 viviendas, con pocos recursos, cero combustibles y largas distancias es un acto que merece respeto.

El próximo año ya está sobre la mesa: Mantua se propone construir 240 viviendas, y comenzar temprano.

Es un derecho de cada cubano, y no significa lujos ni extremos, tan solo la sobriedad y la belleza de un lugar donde nada sobra; es la vivienda que merece cada familia y un acto de justicia social al que no se renuncia en Mantua.      

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