Ya casi serán un año desde que fueron diagnosticados en Cuba los primeros casos positivos al nuevo coronavirus. A partir de ese momento, la cifra de contagios en las provincias se elevó de forma vertiginosa.

Debido a este panorama la mayoría de los cubanos, como en casi todo el mundo, se vieron obligados a dar un vuelco a sus rutinas diarias, resguardándose en sus hogares y acogiéndose a las medidas dictadas por el gobierno ante la situación epidemiológica que atravesaba la Isla.
Mientras las calles actualmente se abrigan en el silencio por los efectos de la COVID-19, las nuevas generaciones de cubanos vuelven a ser ejemplos en esa lucha diaria por contribuir voluntariamente en el enfrentamiento directo a la pandemia.
Es cierto que en estos tiempos es difícil mantener la calma, pero los jóvenes, un brazo fuerte de apoyo al país, son los hombres y mujeres serenos que batallan desde cualquier frente para revertir el complejo escenario.
La suspensión de las clases dejó en ellos espacios vacíos y el sentimiento de alejarse del ajetreo constante de las Universidades se hizo amargo, luego de la pausa necesaria del curso escolar a finales del mes de marzo.
Sin embargo, es admirable como a pesar de todo, las nuevas generaciones prestan su tiempo a un bien social, dígase contribución en las múltiples tareas de orden sanitario, organizativo o de ayuda a los más necesitados.
Una postura admirable ha sido la de los universitarios, quienes han impulsado varios movimientos en las redes sociales y medios informativos encaminados a exhortar al distanciamiento social, además de publicar acertados contenidos audiovisuales sobre el quehacer de distintas manifestaciones artísticas.
Las pesquisas constituyen una de las principales acciones realizadas por los estudiantes de medicina. Únicas de su tipo en el mundo son, al decir del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, “el mejor control y prevención de la enfermedad en zonas urbanas y rurales, y un método indispensable para detener la pandemia”.
La valentía de los estudiantes en Cuba está también patentizada en los hospitales y centros de investigación. Son ellos los que trabajan en estos lugares junto a los más experimentados y atendiendo a quienes deben de permanecer aislados por su vulnerabilidad ante la infección por el coronavirus.
En tales circunstancias rozar el peligro no significa nada para quienes llevan dentro las premisas martianas de humanismo y solidaridad. Si Cuba hoy puede mostrar indicadores favorables en el enfrentamiento de esta pandemia es, entre otros factores, gracias a la contribución sacrificada de los jóvenes.
Y es que, por más que algunas personas aún mantengan falsos conceptos sobre la juventud, su espíritu de voluntariedad prevalece como lumbrera de estos tiempos.

Otras de las responsabilidades tomadas por los jóvenes cubanos tiene que ver con el proceso organizativo de las colas en los centros comerciales, la siembra en los campos o la búsqueda de soluciones científicas, todas actitudes encaminadas al mejoramiento del país en estas circunstancias, justo también cuando sufre los embates del bloqueo económico inmoral.
RPNS: 2199 ISSN: 2072-2222