Luz de mujer

Para hablar de esfuerzo, sacrificio, belleza y empoderamiento, es preciso destacar a las mujeres. Ellas, seres llenos de ternura, dejan una huella indeleble por donde quiera que pasen.

Muchos son los roles ocupados por las mismas en la sociedad, pero es prácticamente imposible prescindir de la importancia de su papel en las luchas por la independencia.

Mientras algunas laboraban en el hogar y al pendiente de sus hijos, otras, como diría Mariana Grajales, se empinaron a la lucha, ya fuera asistiendo a los heridos, llevando mensajes ocultos en una flor de mariposa, como lo hizo Celia Sánchez, heroína del llano y de la sierra.

Una de las cualidades femeninas fundamentales en las horas difíciles es la entereza. Tal fue el caso de la heroína de la República de Cuba, Haydee Santamaría, una mujer valiente y leal a su Patria.

Haydee fue hecha prisionera luego del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes. En su celda le mostraron un ojo de su hermano, Abel Santamaría y los genitales de su novio, Boris Luis Santa Coloma. A pesar del dolor que esto pudo haber causado en Haydee, ella respondió: “Morir por la patria es vivir”.

De esta manera, también se destacaron mujeres como Isabel Rubio, capitana del Ejército Libertador, Vilma Espín, heroína de la Revolución y fiel defensora de los derechos de la mujer.

A lo largo de la historia y con vigencia en la actualidad, las mujeres han sabido labrar su camino, cargar a sus espaldas la responsabilidad de una familia, la atención a los hijos y el deber para con el trabajo.

Esa fuerza desgarradora para vivir y sobrevivir, echar las piedras de en medio del camino y recoger muchos frutos, nace con las mujeres, quienes definitivamente constituyen un baluarte para la sociedad cubana actual.

Su valor no se lo dan los actos, ese sentimiento fruto del amor propio nace con ellas.

En cada mujer hay una luz, solo que de ella depende aumentar la  intensidad de su brillo.

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