Por Enrique Pertierra
Desde Jacksonville partió nuevamente hacia la costa sur de Pinar del Río, el Three Friends, con el objetivo de traer el armamento y los pertrechos de guerra solicitados por Maceo para iniciar la campaña de verano en Vueltabajo. El 23 de junio de 1896 los 45 expedicionarios, entre ellos 7 norteamericanos, desembarcaron con todo el armamento y demás material de guerra en la playa Las Canas, en la ensenada de Corrientes península de Guanahacabibes. De inmediato, el coronel Francisco Leyte Vidal, jefe de la expedición envió un mensaje al comandante Manuel Lazo, jefe militar de la región, pidiendo ayuda y otro telegrama al general Maceo informándole sobre su llegada. Leyte Vidal desde luego no conocía que Maceo había sido herido en la pierna izquierda en el combate de El Rubí a muchos kilómetros de aquel lugar y que sus tropas se quedaron prácticamente sin parque para continuar combatiendo.
El 24 de junio continuaron las labores destinadas a ocultar convenientemente los bultos traídos en la expedición. Para entonces se le habían adherido a la tropa 34 hombres que fueron armados con tercerolas y debidamente amunicionados, destinándoseles al cuidado del parque.
A las 5 de la tarde arribó al campamento el capitán Ramón Lazo, hermano de Manuel y un contingente de 95 hombres que fueron rearmados y amunicionados. Al siguiente día, a las 10 de la mañana llegaron el teniente coronel Antonio José Varona y el comandante Julián Gallo; dos horas más tarde se le unirían el comandante Manuel Lazo y el segundo jefe de la expedición Julián Zárraga.
La marcha de los expedicionarios hacia el interior de la provincia se inició a las seis de la mañana del 27 de junio. Aumentada la fuerza a 250 hombres hizo un alto en el campamento de Punta Gorda y al siguiente día la tropa retomó el camino bajo un verdadero diluvio. Los Arroyos y ríos desbordados obstruían el paso; no obstante la columna llegó a la Bajada casi al anochecer. El 30 Leyte Vidal y sus fuerzas llegaron a la Jaula y el 3 de julio al campamento de la Jarreta, en tanto el general Maceo había emprendido su primera jornada después de ser herido en el Rubí atravesando por Cocó, Sarrasín, Loma Colorada, San Blas y Valparaíso, donde recibió la noticia sobre el desembarco exitoso de Leyte Vidal. Era esta la primera ayuda que recibía desde el exterior desde que iniciara su campaña en Pinar del Río, por lo que se apresuró a enviar un centenar de hombres hacia el lugar de desembarco, pero la columna expedicionaria había continuado su marcha y ya el 3 de julio cabalgaba en los Machos o Remates.
El 4 de julio, día de la independencia de los Estados Unidos, el brigadier Simon, el doctor Cowley y los soldados Doughthy, Farley, Atkinson, Floyd y Stemberg, saludaron con tres hurras la bandera barriestrellada del tamaño de un pañuelo que trajeron consigo a Cuba y a las 3:30 de la tarde los expedicionarios iniciaron la marcha hacia Montezuelo en el municipio de Mantua, donde llegaron a las once de la mañana del siguiente día. Leyte Vidal estableció su campamento provisional en la prefectura de Justo Pérez y allí permaneció la tropa mambisa hasta el día 9 de julio a causa de las abundantes lluvias que dificultaban la marcha debido al desborde de arroyos y ríos que impedían el paso.
Después de una corta marcha, la columna expedicionaria llegó a Mantua el 10 de julio de 1896 a las 9:30 de la mañana. En la prefectura de Mantua tuvieron que quedarse seis enfermos, Gabriel Correa Gil, armado con una tercerola, 88 balas y un machete; Rafael María Lima con un Máuser, 65 tiros y un machete; José Sosa armado con una tercerola 40 proyectiles y un machete; Andrés La Fe con un Máuser 40 tiros y un machete; Jorge Salazar con una tercerola, 130 balas y un machete y el norteamericano Isidor Stemberg armado con un Máuser, 150 balas y un machete.
A las 5:00 de la madrugada la columna expedicionaria partió en dirección a Tumbas de Estorino, lugar preferido por Maceo para establecer su campamento en la región mantuana. Las tropas de Leyte Vidal llegaron a la Manaja a las diez de la mañana y descansaron allí hasta el día siguiente.
En la madrugada del 12 de julio, exactamente a las 4:00, partió la columna expedicionaria desde Tumbas de Estorino y a las 10:30 de la mañana llegaba a la Manaja donde los aguardaba el general Pedro Díaz con una nutrida tropa. El coronel Lorente presentó al general Díaz quien arengó a la tropa; después, dio la orden de agregar a los norteamericanos a su Estado Mayor.
No fue hasta el 19 de julio que las tropas expedicionarias, en unión de las del general Pedro Díaz, se encontraron con las fuerzas del general Maceo; según el diario de Leyte Vidal, la alegría de los soldados de la libertad fue general. Después, la fuerza unificada se internó en territorio de Bahía Honda. El 25 de julio de 1896, en carta escrita desde Cabañas, el coronel Leyte Vidal le cuenta a su esposa los avatares de su periplo desde que desembarcara en tierra cubana hasta ese día: “He hecho trece marchas y ochenta y cuatro leguas, pero acampando siempre en escombros de pueblos, de ellos los que debieron ser más bonitos son Mantua, Las Pozas y San Diego de Núñez […]. Debo decirte que esta es la fecha que no hemos disparado un tiro, pues en esta jurisdicción el nombre de Maceo es una garantía …” (1).
NOTAS
1-Besy Ojeda Dolores p 225
RPNS: 2199 ISSN: 2072-2222