Yansiel Pujada: “Llevé un cisne en mi hombro”

  Yansiel Pujada desanda las calles de su ciudad natal. Para él, Mantua es la Patria Chica, lugar donde descansa de la agitada vida del ballet, cuna de sus alegrías familiares  y donde cura el alma cuando alguna pena lo aflige.

Por eso, Yansiel está en Mantua. No puede ser de otro modo si, en sus hombros, llevó hasta la carrosa fúnebre el féretro de un cisne que partió a la eternidad.

“Fue una responsabilidad muy grande y un honor llevar en mi hombro, junto a mis compañeros, el féretro de Alicia Alonso. Eran unas decenas de pasos no más, pero fueron sin dudas pasos históricos. Con nosotros se iba una leyenda de la danza y una de las novias de Cuba”.

Hay recuerdos muy  gratos en la vida de este joven. Los salones donde se formó y sus primeros pasos en escenarios nacionales e internacionales llevan la huella de la maestra fundadora, que logró imprimir un sello muy particular en sus pupilos.

“Alicia no solo fue la directora del Ballet Nacional de Cuba, también fue maestra, consejera, fundadora; y no hay palabras para describir lo que sentimos ni agradecimiento suficiente”.

Para este mantuano, la vida del Ballet Nacional de Cuba no será la misma sin Alicia, pero el deber de hacer eterna su obra motiva a cada uno de sus integrantes.

“Tenemos un compromiso muy grande, el Ballet Nacional de Cuba tiene que brillar ahora más, porque es la obra de su vida (Alicia) y nosotros de muchas maneras somos sus continuadores. No será fácil sin ella, pero debemos continuar y hacerlo mejor”

La vida continúa y Yansiel Pujada regresa al nido del cisne, desde allá, junto al recuerdo de su pequeña patria, cuna de bailarines, estará la inspiración mayor, y la caricia protectora del ángel de la guarda que vela por el éxito y la posteridad del Ballet en Cuba.

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