Pánfilo, el machete

 

Por Lázaro Boza Boza.

Tomado de www.telepinar.icrt.cu

Nada que ver con el personaje de Silva, mi preferido si se trata del látigo con cascabeles; hoy les cuento sobre una visión de esperanza.

El novio de mi hija ha sido llamado al servicio militar y desde el primer día vive los “rigores” del uniforme verde olivo. Ahora es miembro de un ejército, que no empuña las armas contra su propio pueblo; es un pichón de soldado, cuya misión será cuidar de los suyos, y nunca pondrá sus botas en tierra extranjera con poses de conquistador.

Pero la historia no es precisamente de solemnidades, órdenes y marchas. Una vez en la unidad militar, mi yerno tuvo su primer encuentro con Pánfilo, el machete cubano que sirve para mantener corto el césped del polígono y los jardines. Otros personajes de la televisión se sumaron a la pléyade de herramientas: Evarista, que es el recogedor, y Chacón, el rastrillo.

Por el altavoz del celular escucho las peripecias del joven que por vez primera sale de casa y se enfrenta a una vida de disciplina y responsabilidades propias y colectivas. La risa de la familia confirma la tranquilidad de saberlo en buenas manos, entre cubanos que dedican su existencia a los más nuevos, que han de continuar cuidando la patria.

Así recordé el servicio de mi generación. La mayoría deseaba manejar un transporte militar y los oficiales estaban al tanto de nuestras aspiraciones. Compañía formada en el polígono, ¡Firmes!, ¡En su lugar, descansen!  Y la frase esperada: compañeros soldados, un paso al frente los que saben conducir.

Los rostros se iluminan, se miran unos a otros y una veintena se adelanta. Son privilegiados; en lo adelante guiarán potentes Zil 131 Comando, Gaz 66 de doble eje y los  Waz de la jefatura. El sueño a punto de realizarse es salpicado por un ápice de duda al pasar de largo el parqueo donde la técnica de combate, impasible, los mira.

“Seguro vamos a firmar los documentos”- dice uno y los demás chicos asienten.

La marcha se detiene frente a la caseta de higienización. Un soldado los recibe con sonrisa maliciosa.

“¿Ustedes son los choferes?, vengan para acá que ahora mismo les voy a asignar sus vehículos”.

Entra al galpón y sale con una carretilla nuevecita:

Para ti- dice al más alto de la tropa- un Zil con instalación antiaérea y todo; las llaves están en el encendido… y así entrega podadoras, rastrillos, machetes y brilladores mientras nombra carros de combate solo vistos en las películas de la segunda guerra mundial.

Por eso río cuando escucho al Jacobo enamorado, en su primera novatada; chilindrina de la que no escapan ni los reclutas, porque en esta Isla irreverente sacamos jodedera hasta de las más difíciles situaciones, que para eso somos cubanos.

EL 20 de agosto mi hijo mayor fue licenciado del servicio militar. Un año en Guardafronteras lo hizo diferente y para bien. De aquel muchacho endeble no queda nada. Ahora es alto, fuerte, con sentido del deber y seguro de sí mismo, cualidades que necesitará en la universidad. Meses antes llegué a su puesto y lo encontré afanado en la cocina.

“Hoy me tocó de cocinero- dijo- ¿Vas a hablar con el capitán?”

“Si, vengo por un asunto de trabajo”.

“Voy a prepararles un café”.

Imaginen, no sabía hacer una tortilla y ahora se lanza con un café más delicioso que el de un cinco estrellas.

Muchos padres y madres desesperan cuando a sus hijos les  llega la hora de cumplir con el llamado de la patria; es lógico, surgen las  dudas que yo tuve; las mismas que preocupan a los progenitores del enamorado que ahora maneja a, Pánfilo. También vendrán los días del Kalashnikov, las guardias en noches muy frías y el temple de la voluntad y la autoconfianza que les convierte en  hombres.

Los nuestros, pertenecen a un ejército que vela porque la próxima mañana sorprenda a los de esta Isla con la luz del sol, el cielo limpio y las voces cantarinas rumbo a la escuela. Y lo del machete Pánfilo es buena señal, porque los seres humanos, aún en uniformes militares, estamos hechos para la paz y el trabajo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.