150 Aniversario del Inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) Etimología de la Palabra Mambí

Por Rnrique Pertierra Serra

La definición de la palabra mambí, según el Diccionario de  la Real Academia de la Lengua Española, es el nombre dado a los insurrectos que combatieron contra España en la Guerra de Los Diez Años (1868-1878) y la Guerra Cubana de Independencia (1895-1898); sin embargo este término ha venido aplicándose a los  hombres que han luchado en las guerras por la independencia de sus respectivas naciones   en diferentes contextos históricos y regiones tan distantes entre sí como China, América y Europa –España incluida.

En el imaginario popular  y en los círculos académicos, circulan diversas versiones que, aunque distintas, tiene puntos de coincidencia, en especial, que se trata de una palabra despectiva hacia quienes luchan por la libertad contra regímenes coloniales, tiránicos y opresores.

Etimológicamente hablando, según el etnólogo cubano Fernando Ortíz, mambí, es una palabra  africanoide, concretamente bantú, dialecto hablado en el Congo. Las lenguas bantúes constituyen una familia que a su vez se dividen en diversidad de subgrupos y se expanden por toda el África central y meridional, carecen de unidad, pero poseen  algunas características comunes, como el que sus palabras terminen siempre en vocal. Así, la palabra, nacida  a partir de la raíz mbí; es un vocablo de formas sustantivas y adjetivas entre cuyas acepciones, numerosas son  despectivas. Esteban Montejo  en  su libro Biography of a Runaway Slave dice que una de sus acepciones bantúes es un niño que nace como resultado del cruce de un mono con un buitre.

Según algunos estudiosos, el termino mambí que  se usa en Cuba al estallar la Guerra de los Diez Años, se asocia  a Juan Ethnnius Mamby «Eutimio Mambí«, oficial negro que desertó del bando colonialista y comenzó a luchar por la independencia de Santo Domingo en 1846, o sea, alrededor de cincuenta años antes del inicio de la gesta emancipadora cubana. Cuando Mamby y sus tropas alcanzaron notoriedad en el combate,  los soldados de la corona comenzaron a llamarlos  “los hombres de Mamby” o “mambises”, al pluralizar el término.

Los jefes de los núcleos conspirativos de Oriente eran solo líderes políticos naturales de cada región donde vivían, sin ningún tipo de experiencia militar ; afortunadamente para ellos y la causa que defendían, a la región oriental de Cuba había llegado en 1865 un grupo de oficiales de las Reservas Dominicanas del Ejército Español (1) que, debido a las ofensas y prácticas abiertas de discriminación de que eran objeto –incluidos reiterados retrasos con sus pagas- pidieron su separación de ese cuerpo armado y, muy poco tiempo después de su arribo a la Perla del Caribe, muchos de ellos como los hermanos Luis y Félix Marcano Álvarez, Modesto Díaz, Félix Chalas,  Máximo Gómez Báez y otros,  se unirían a los diferentes focos conspirativos de los independentistas cubanos en el Departamento Oriental, impulsados por sus sentimientos anticolonialistas y antiesclavistas y su odio visceral a la Corona española.

Al estallar la lucha independentista en la mayor de las Antillas, el líder de la Revolución Carlos Manuel de Céspedes, colocó, acertadamente, al lado de cada jefe cubano, uno o más de aquellos dominicanos con experiencia militar. Luis Marcano, además de soldado de la libertad, pasó a ser su principal consejero militar; Manuit fue enviado a Holguín y Máximo Gómez designado lugarteniente del mayor general Donato Mármol.

Gracias a las sugerencias hechas  por Gómez a Mármol sobre cómo debía conducir las tropas en las cercanías o entradas de los poblados, se tuvo éxito en tomar Bayamo.

Después, Marcano aconsejaría  a Céspedes no abandonar la ciudad y establecer un sistema de defensa con posiciones avanzadas para rechazar las columnas enemigas enviadas a recuperarla.

Fueron los dominicanos quienes introdujeron en la guerra libertaria iniciada el 10 de octubre de 1868 en el Departamento Oriental el uso del machete, arma reglamentaria en la caballería dominicana y en las tropas invasoras haitianas, utilizada en las múltiples acciones que tuvieron lugar en Santo Domingo durante la contienda entre ambos ejércitos.

El día 25 de octubre de 1868, Máximo Gómez dirigió la primera “carga al machete”, en la que la caballería insurrecta a su mando derrotó a una columna española que se disponía a retomar la ciudad de Bayamo, en manos rebeldes.

Cuando los españoles conocieron de las  hazañas de los dominicanos que en Cuba lideraban las operaciones militares del naciente Ejército Libertador y cuando estuvieron seguros que las cargas al machete constituían el punto álgido de su peculiar manera de pelear en guerrilla, comenzaron a llamar a los luchadores por la libertad “mambises”, sinónimo de revoltosos, bandidos, criminales, malos, infames. Y los cubanos, con su forma tan peculiar hicieron de esa forma despectiva de  ser llamados por sus enemigos, un apelativo honroso.

Antonio del Rosal, capitán de infantería del Ejército Español de Operaciones en Cuba, fue capturado el 26 de septiembre de 1872 en la acción de Santa María y permaneció 56 días prisionero de los patriotas cubanos, hasta que fue puesto, generosamente, en libertad. Entre sus recuerdos de los días que pasó junto a los libertadores, cuenta lo que escuchó por boca de ellos sobre la etimología de la palabra mambí:

“A los insurrectos, en el lenguaje familiar, se les conoce con el nombre de mambíses, y ellos parecen como que están orgullosos de llamarse así. Muchas son las opiniones que he oído referentes á la etimología de la palabra mambís, de las cuales á mi parecer, la que más se aproxima á la verdad, es la emitida por un teniente coronel de ellos llamado Saladriga: dice, que es la palabra india conque en los antiguos tiempos se designaba á los que se rebelaban contra sus caciques. Aquellos insurrectos, á la manera de los actuales, permanecían constantemente ocultos, sin dejarse ver más que cuando intentaban alguna fechoría; de aquí el que comparándoles con él, les diesen el mismo nombre de mambís, con el cual se designa un pájaro que jamás sale del bosque (1). Si recordamos que se llamaron  así también los insurrectos de Méjico y Santo Domingo, tendremos que convenir en que es un dato que robustece no poco la opinión de Saladriga. Otro insurrecto que no carece de agudeza, el diputado Trugillo, quiere que el nombre de mambís, sea un compuesto de la palabra latina bis (dos) y de la voz inglesa man (hombre), de donde resulta que la palabra mambís quiere decir dos hombres, ó lo que es lo mismo, según el raciocinio del citado cabecilla, que  cada insurrecto vale por dos hombres. Bien hace, á mi ver, en pretender duplicar, siquiera ilusoriamente por medio de una chanza, el número de nuestros enemigos, que, aunque parece aumentantado por el tino con que saben presentársenos, es más corto  de lo que generalmente se cree” (2).

NOTAS

  • No existe la palabra mambís en las clasificaciones ornitológicas. Acaso sea una corrupción de malvís, v ave que pasa á Cuba del continente americano. (BUSCARLA EN PICHARDO O F. ORTÍZ)
  • Tomado de: Los Mambises. Memorias de un Prisionero. Antonio del Rosal . Capitán de Infantería. Imprenta de Pedro Abenzo. Madrid 1874, p. 6.
  • A principios de la década de 1860, la tensa situación político-social existente en Santo Domingo (hoy República Dominicana), dio lugar a una cruenta guerra civil que, sumada a las continuas incursiones en su territorio del ejército de Haití, provocaron la solicitud del dictador y jefe del ejército dominicano Pedro Santana la anexión a España, la cual se consumó por Real Decreto de la Corona española emitido el 19 de mayo de 1861. Pero en mayo de 1865 a Madrid le era ya imposible sostener el dominio de esa isla y los altos mandos castrenses, decidieron retirar de allí sus fuerzas regulares y gran parte de los oficiales de las Reservas del Ejército Español hacia las islas Canarias, las Baleares, África, Filipinas y Cuba, aunque en este último caso fue a pedido de un grupo de oficiales dominicanos, pues el alto mando militar español  rehusaba  enviar a los miembros de las Reservas a la mayor de las Antillas.

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