INSTRUYO; LUEGO EDUCO: LA RESPONSABILIDAD COMO VALOR

Autores: MSc. Eduardo Armando Prieto Tamarit.

MSc. Saribel González Ramos.

MSc: Luís Angel Calderón Canal.

Lic. Júlio  A Tamarit Leal.

Lic. Dailys  Martinez Roque.

RESUMEN

Siendo la educación en valores preocupación de políticos, gobernantes, organizaciones e instituciones, y ocupación de científicos e investigadores de diferentes  posiciones filosóficas y ramas del saber hace varias décadas, el panorama que a la vista de todos se puede apreciar no refleja los niveles de transformación deseados. Ello incita a profundizar en el tema, a escudriñar en la teoría y la metodología así como en las propuestas más recientes en el afán de determinar posibles fallos y causas que hacen que el sistema diseñado no tribute los resultados esperados. A partir de la sistematización de la teoría construida por  diferentes investigadores y de la experiencia como docente, unido a los resultados constatados a través de los métodos empíricos de investigación científica, los autores asumen que con mayor eficiencia  en el  proceso de instrucción, asegurando un aprendizaje significativo, este tributa a una actuación responsable, y esa responsabilidad, que gradualmente con el decursar por los distintos niveles educacionales se va perfilando, irradia hacia, y a su vez condiciona, el reforzamiento de otros valores; posibilitando  avanzar más rápidamente en la solución del más importante problema de la educación contemporánea.

ABSTRACT

Being the education in values concern of political, rulers, organizations, institutions, and occupation of scientific and investigators of different philosophical positions and branches of the knowledge the panorama that in view of all you can appreciate has not reflected the wanted transformation levels for several decades. It incites it to deepen in the topic, to examine in the theory and the methodology as well as in the most recent proposals in the desire of determining possible shortcomings and causes that make that the designed system doesn’t pay the prospective results. Starting from the systematizing of the theory built by different investigators and of the experience like educational, together to the results verified through the empiric methods of scientific investigation, the authors assume that with more efficiency in the instruction process, assuring a significant learning, this it pays to a responsible performance, and that responsibility that gradually with the decursar for the different educational levels leaves profiling, it irradiates toward, and in turn it conditions, the reinforcement of other values; facilitating to advance more quickly in the solution of the most important problem in the contemporary education.

WORDS KEY: instruction values responsibility

  INTRODUCCIÓN

El fin de la educación no es hacer al hombre nulo, por el desdén o el acomodo imposible al país en que ha de vivir; sino repararlo para vivir bueno y útil en él”. 1  

El problema de la educación en valores no es nuevo. Por su complejidad, y necesaria implicación en el desarrollo de la sociedad, está presente en el análisis de filósofos, sociólogos, psicólogos, pedagogos y políticos los cuales están convocando a la búsqueda de acciones, que  a la luz de la realidad internacional permitan el necesario equilibrio del mundo, que presupone el crecimiento material y espiritual para la satisfacción de las necesidades crecientes de los grupos humanos sin renunciar a las tradiciones, costumbres y todo el acervo cultural que determina modos de actuación y convivencia expresados en el legado ético de los fundadores.

En el caso cubano, los valores y la adecuada contribución a su formación ha sido un hilo conductor en la concepción de los planes y programas de estudio en todos los niveles de enseñanza durante los años de Revolución en el poder. Su atención priorizada está dada en que “(…) se impone profundizar en la labor sistemática que se realiza en el sistema educacional para formar, desarrollar y fortalecer ininterrumpidamente valores esenciales que se incorporen conscientemente a la vida de los educandos”.2

Desarrollo

En la actualidad, más que una tarea esencial, es impostergable no reafirmar y mantener valores, sino rectificar y/o perfeccionar lo que se ha venido haciendo, pues es evidente que la teoría y la práctica no converge en los resultados esperados.

En relación con el problema abordado se asume la tesis del estudioso mexicano Armando Rugarcia Torres que cita Luis Álvarez: “Creo interpretar que tres carencias de los egresados del sistema escolar están causando esta situación preocupante: no comprenden lo que saben, no son capaces de pensar por si mismos y no han desarrollado las actitudes pertinentes para su felicidad ni para una sana interacción social”. 3

Estas palabras  no son, a juicio del autor, una preocupación que solo atañe a los nacidos en ese país. Rugarcia Torres y otros teóricos consideran que la formación de valores es el problema  más importante de la educación contemporánea. Son muchos los que desde diversos confines de la geografía  mundial refieren la existencia de una crisis en torno a esta temática y Cuba no vive ajena a ello.

En este contexto, hay que reconocer la importancia clave de la educación en valores transmitida por una amplia gama de instituciones educacionales que incluyen en primerísimo lugar a la familia y a la escuela.

Entre los criterios abordados, resulta de mucha utilidad por su enfoque, el asumido por la doctora Martha Arana Ercilla, en el cual subyace el papel regulador de lo psíquico:

“Son guías y principios de conducta que dan sentido a la vida hacia la autorrealización, el progreso y el redimensionamiento humano”

Integrar los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente significa no sólo pensar en el contenido como conocimientos y habilidades, sino en la relación que ellos poseen con los valores. El conocimiento posee un contenido valorativo y el valor un significado en la realidad, el que debe saberse interpretar y comprender adecuadamente a través de la cultura y por lo tanto del conocimiento científico y cotidiano, en ese sentido el valor también es conocimiento, pero es algo más, es sentimiento y afectividad en el individuo. Así el aprendizaje de un conocimiento matemático, físico o profesional debe ser tratado en todas sus dimensiones: histórica, política, moral, etc., es decir subrayando la intencionalidad hacia la sociedad, donde se exprese la relación ciencia, tecnología, sociedad, y estén presentes los análisis cualitativos, los enfoques de procesos y la motivación. Del mismo modo que es posible tratar un valor desde el contenido, también lo es desde el saber hacer de este (la habilidad y la capacidad). Visto así el proceso de enseñanza aprendizaje adquiere un nuevo contenido por su carácter integral.

Los valores se forman en el proceso de socialización bajo la influencia de diversos factores (familia, escuela, medios masivos de comunicación, organizaciones políticas, sociales, religiosas, etc.)

No sólo son cualidades reales externas e internas que expresan las cosas, personas, fenómenos, etc., sino que también componen la estructura de la personalidad, en tanto, que permiten captar esos significados reales a través de la capacidad de los sentidos en su actividad de valoración o estimación, que permiten asumirlos o no, es decir funcionan a su vez como filtros en el proceso de socialización, incidiendo así en la función reguladora de la conducta y por tanto en las actitudes hacia el mundo circundante, actitudes que están dirigidas e intencionadas por motivaciones e intereses, y que expresa una correspondencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace en el plano individual, y que posee una correspondencia con la sociedad.

Al ser la personalidad un sistema de formaciones sicológicas, el valor puede manifestarse en toda su estructura: el carácter, las convicciones, las capacidades, etc., pues se manifiesta en la actuación humana.

El carácter formador que asume la actividad del INDER, invita a buscar en otros escenarios información útil para encausar  con mayor coherencia las estrategias que deben posibilitar  el eficiente  cumplimiento de su encargo social. Así puede apreciarse que tesis asumidas por el ministerio de educación  convergen en un punto común con los objetivos y metas de la labor de profesores y entrenadores en área de la educación físico- deportiva.

La política educativa se encamina al cumplimiento de los fines  trazados  en el empeño de la formación del modelo de hombre al que se aspira. De aquí la importancia de saber cuáles son las obligaciones educativas de la sociedad para con sus miembros. Los fines deben servir no solo a la educación  si no a la autoeducación;  los fines corresponden a los principios y estos al sistema social correspondiente. En Cuba los principios de la política educativa son:

  • En carácter masivo y con equidad de la educación.
  • La combinación del estudio con el trabajo.
  • La participación democrática de la sociedad en las tareas de la educación del pueblo.
  • La coeducación y la escuela abierta a la diversidad.
  • El enfoque del género.
  • La educación y la cultura (identidad)
  • La atención diferenciada y la integración escolar.
  • La

Para que la educación de las nuevas generaciones sea efectiva, es necesario tener presente los pilares básicos propuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) en el informe sobre la educación hacia el siglo XXI:

  • Aprender a conocer. supone combinar una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias lo que supone, además, aprender a aprehender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación  a lo largo de la vida
  • Aprender a hacer. tiene por objetivo preparar al individuo para la vida.
  • Aprender a vivir juntos. desarrolla la comprensión del otro y la preparación de las formas de realizar proyectos comunes y prepararse para  tratar los conflictos  respetando  los valores de  comprensión mutua y paz
  • Aprender a ser. permite que se desarrolle la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con autonomía de juicio y de responsabilidad personal.

La idea anterior condiciona la necesidad de no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético,  capacidades físicas, aptitudes para comunicar.

El análisis de los criterios hasta aquí  expresados, conduce a una reflexión acerca del extraordinario valor de la instrucción cuando permite la apropiación de contenidos significativos por su utilidad práctica, expresada en su carácter científico, objetivo y en la valoración acerca de su utilidad, de su aplicación correcta e incorrecta, y de la correspondencia con los resultados deseados. Se ha de instruir para que se hagan las cosas con ajuste a la razón expresada en los argumentos que  se aducen en apoyo a algo. Al respecto indicaba José Martí: “Las cosas no han de estudiarse en los sistemas que las dirigen; sino en la manera con que se aplican y en los resultados que producen. “ 5

Nadie ha de dudar que los seres  humanos nazcan con  la predisposición natural para la interacción con el medio, donde existen los mecanismos de socialización,  que le permiten apropiarse de normas, costumbres, modos de actuación; en fin conocimientos, habilidades, hábitos y valores que nutren su concepción del mundo y llegan a determinar sus modos de actuación. Entonces de lo que se trata es de contribuir a que ese proceso de apropiación concomitante con uno de organización de las  influencias no fuerce ni violente lo que en cada individuo, de su natural, holísticamente debe suceder.

Se da por conocido, a partir de los estudios de muchos investigadores, que los procesos para la construcción de estructuras operacionales están dirigidos por una equilibración progresiva, que supone la interacción continua entre el sujeto y los objetos; produciéndose un doble movimiento de asimilación de lo conocido a las estructuras del pensamiento y de acomodación de estas a lo real.

Entre los supuestos básicos que sustentan la teoría de  Piaget aparece que las experiencias que tiene el niño promueven su desarrollo cognitivo, por lo que debe proporcionársele un ambiente rico en experiencias, adaptado a su grado de madurez.

Considerando el desarrollo como un proceso inalterable, evolutivo y continuo, en el cual pueden  distinguirse diferentes etapas, marcadas por la influencia de variables culturales, de experiencia previa e inteligencia más que por la edad cronológica, sería muy provechoso provocar la mayor riqueza, en cuanto a variedad de vivencias en aras de lograr un aprendizaje significativo que le permita construir sus propias pautas de actuación al educando.

¿Cómo encarar, entonces la instrucción como condición para la educación del valor responsabilidad?

Se asume la acepción de Diccionarios Encarta: “Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado” que en la práctica se corresponde con la definición recogida en el Programa Director para la Educación en Valores: “Cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia el colectivo y la sociedad”.

En la educación preescolar, que en el caso de Cuba se extiende de 0 a 6 años, se han identificado dos etapas:

Una primera (Sensorio-motor) en la que el pensamiento es literalmente acción, la percepción no está separada de la acción. El niño se desarrolla actuando inicialmente sobre el entorno inmediato percibido y después empieza a  interiorizar estas acciones. Esto supone ajustes sencillos tanto perceptuales como motores. Esta etapa termina cuando empieza la capacidad de simbolizar, dando paso a la segunda (preoperacional o preconceptual) propia de niños de 2 a 7 años. Se caracteriza por la capacidad del niño de representar la realidad y de combinar interiormente las representaciones con el fin de deducir la solución de los problemas sin experimentarlos. Es capaz de imitar modelos no presentes en el campo perceptual. El pensamiento es aún imperfecto, limitado y tiene un solo punto de vista, el suyo propio, lo que Piaget denomina egocentrismo. Esto se debe a la incapacidad del niño para abarcar dos aspectos de la misma situación al mismo tiempo. Otra característica del pensamiento preoperacional es su irreversibilidad y su carácter intuitivo.

En cuanto a la formación de valores tiene lugar la formación de nociones respecto a los significados positivos – afectivos del medio circundante

En este nivel educacional es necesaria una organización correcta del sistema educativo y particularmente de las tareas y juegos especiales. Dada  la facilidad para formar nuevos reflejos y de los estereotipos que se conforman por su sistematización, siendo a su vez igualmente fácil su pérdida,  constituye una necesidad el reforzamiento que los sedimente y los vuelva más estable. Sería conveniente entonces aprovechar cada momento de los procesos y actividades que lo posibiliten para  transmitir argumentos sobre el lavado de las manos antes de ingerir alimentos o  después de defecar, según corresponda; de comer tal o más cual alimento, siempre asociándolo al o los beneficios que reporta; de hacer este o el otro ejercicio físico para… y así sucesivamente. Mensajes breves, persuasivos y en tono afectivo, rimas, canciones, narraciones, pueden constituirse  en recursos transmisores de nociones del conocimiento universal, instruyendo  de modo que se sienten las bases para actuar responsablemente habiendo conformado la idea de lo correcto, lo bueno, lo útil.

Al nivel primario de educación se identifica, en lo fundamental con la etapa de las operaciones concretas (7 a 11 años) Se caracteriza por la organización conceptual del ambiente que rodea al niño en estructuras cognoscitivas llamadas agrupaciones. El niño presenta ya un esquema conceptual ordenado y relativamente estable y lo usa constantemente en su exploración del mundo, de los objetos que le rodea. El pensamiento del niño se hace menos egocéntrico, menos fluido y más reversible. En esta etapa Piaget describe el funcionamiento cognitivo en términos de estructura lógico-matemática.

En el escolar primario (6-12 años) tiene lugar la ampliación de las nociones respecto a los significados positivos – afectivos, en significados individuales asociados a los afectivos y el pensamiento abstracto, juicios de valor.

Correspondería aquí dar continuidad, ampliando y consolidando, lo logrado en el nivel antecedente. El desarrollo de las habilidades comunicativas y su ampliación con la adquisición de la lectoescritura permite una mayor concientización. El empleo de modelos para evaluar resultados de acciones y procesos en los que no han actuado, es muy útil para la conformación de los mecanismos de autocontrol y autorregulación. La identificación de aciertos en la ejecución de las acciones motrices, o de errores cometidos, su estrecha relación con el resultado esperado o el objetivo propuesto, a la vez que perfecciona el conocimiento permite el planteamiento de metas y de programas de acción en correspondencia, que tributan a actuar evitando el error, es decir con arreglo al compromiso contraído consigo mismo y con los demás de forma implícita.

La enseñanza media básica coincide con la etapa de las operaciones formales (11 a 1 5 años). El adolescente puede manejar no solo la realidad, sino también el mundo de la posibilidad. Las estructuras intelectuales presentan aquí todas las características del pensamiento adulto. En relación con los significados sociales, se da la tendencia a la autodeterminación y a emitir juicios de valor. Pese a ello no debe abandonarse lo logrado en los niveles anteriores, hay que conducirlo, obviamente sin imposiciones ni discursos extensos,  hacia la consolidación de las convicciones que marcarán su conducta para toda la vida. Con la juventud, considerada a partir de los 15 años, ya se asumen y construyen internamente los significados socialmente positivos en forma de escala de valores y convicciones personales, pero no finaliza la educación en valores

Resulta de gran importancia, para la dirección del proceso educativo en términos de valores, entender  que cada una de estas etapas condiciona el desarrollo de la siguiente. Si desde el punto de vista de lo cognitivo el no logro de los objetivos propuestos para una etapa se convierte en freno para alcanzar los de la siguiente y los del nivel inclusive, en el plano de lo formativo se afronta el riesgo de formar seudovalores y, en el peor de los casos, antivalores. Las carencias en la esfera instructiva se salvan con rediseño del currículo, es decir la adecuación de dosificaciones del contenido para salvar las lagunas existentes; quizás haya que cambiar métodos y procedimientos en el empeño pero en la práctica se ha corroborado que es posible nivelar resultados y exigencias del programa en plazos relativamente breves o mediatos. En el caso de los valores habría que reeducar, es decir corregir modos de actuación ya establecidos, lo que implica modificaciones en el plano de la conciencia, que no es imposible pero se dan a más largo plazo, dada la necesidad de sustituir representaciones que forman parte de la concepción del mundo que se ha venido conformando en los educandos.

Al asumir que la instrucción es base para la educación de la responsabilidad se acata la tesis de que el caudal de conocimientos adquiridos sirve de guía para obrar en lo sucesivo. Esto será posible en la medida que el proceso en cada una de las etapas antes citadas garantice el aprendizaje significativo, lo que presupone que los docentes  correspondientes organicen el mismo de modo tal que se capte su utilidad, que vaya conformando a la par de cada nueva adquisición la idea de su valor práctico, de cómo actuar para obtener los resultados positivos esperados, de qué hacer y qué no hacer, de lo bueno y correcto y de lo malo e incorrecto

Conclusiones

Aunque instruir y educar son conceptos diferentes, la calidad del caudal de conocimientos que se adquiere, el valor intrínseco que cada nueva adquisición encierra va conformando la concepción del mundo y ello determina los modos de actuación.

Si la trasmisión de conocimientos permite un aprendizaje significativo que llegue hasta la interiorización de lo correcto y lo incorrecto, lo bueno o bien  y lo malo o mal, lo útil  y lo perjudicial irá conformándose en el sujeto la obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado, es decir, la cualidad de responsable.

El que profesores y alumnos no actúen como deben actuar es, en lo fundamental, consecuencia de un saber incompleto. Al fallar la instrucción, las fallas repercuten en la educación de la responsabilidad.

Referencias bibliográficas

  1. Martí Pérez, J. Ideario Pedagógico. Pág. 33

2 (MINED, 1990, p.1).

3 Álvarez Álvarez, L. “Una urgencia de nuestro tiempo”. Juventud Rebelde (agosto 28 de 2012) pág. 5

4 (Chirino Roque, M, 2003).

5 Castro Ruz, F. (1997): Discurso en la inauguración del curso escolar 1997 – 1998, Ciudad Escolar Libertad, en Granma,  La Habana.

Bibliografía

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  8. Ruiz, Ariel. Teoría y metodología de la Educación Física. Soporte digital

 

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