Sordo de cañón

Trump es sordo, acaban de diagnosticarlo y al parecer se muestra reacio a tomar la medicina. Del mismo modo que es mentiroso, sicópata y egolatra, es sordo.

Los usualmente flemáticos ingleses lo recibieron con airadas protestas, pero él twiteaba, “felicidad y concordia”.

Theresa May lloraba su derrota frente al número 10 de Downing Street mientras, Donald el Real, se inmiscuía en lo del Brexit, como si el emperador romano estuviera de paso por la Galia o el Egipto de Cleopatra.

Si Trump pudiera construía un muro, otro más, entre el Reino Unido e Irlanda del Norte, o a lo mejor en tierras de Escocia. Trump es sordo, no escucha al mundo, todo puede suceder.

Sordo el emperador

Tal es la sordera que no acaba de escuchar cómo su guerra con Huawei le cuesta a Apple 52 mil 710 millones de dólares en la bolsa, según cita del sitio digital Cubadebate. Apple grita, implora, pero el sordo -con perdón de los sordos- no percibe el llanto.

El presidente Trump es sordo. Es difícil no escuchar al mundo cuando le pide seguir en el acuerdo nuclear con Irán. “No se trata de Iraq – le gritan- que es Irán”, ¡Irán! Pero Trump dice: “nuestros buques anfibios IRAN al Golfo” y los políticos europeos se miran consternados y comentan: “¡No escuchó el maldito, seguro que no escuchó!

Y es que, Trump es sordo, pero tiene un cuerno especial para oír lo que tiene que decir John Bolton: cosas de la vida, Bolton habla bien alto, y Donald lo escucha, por eso las cosas están como están en el mundo, en un país que ha guerreado más que ninguno en la historia del hombre.

El cuerno de Trump el sordo

Trump escucha a Marco Rubio, el mal nacido, el susurrador; Marquito el gurú, el que predijo la caída de Venezuela, Cuba y Nicaragua… que no se caen, pero Trump, caso curioso de la otorrinolaringología, escucha a los desechados por Clinton, Obama y el propio W. Bush, que al parecer no era tan tonto.

El mundo está al borde de una guerra nuclear por las barrabasadas de un emperador con problemas auditivos. En los próximos años el mal puede empeorar y el señor de la guerra, sordo como está, no escuchará el silbido pavoroso de los misiles que también golpearán el suelo que pisan sus plantas.

Trump es sordo, está demostrado.

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