Ecos de Mantua, más que una noticia

Fundar un sitio con aires de “diario digital” era el sueño de Alipio. Como presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, empeñado en un Mantua mejor, le faltaba agregar esa huella a su hoja de servicio, escrita al pie de cada obra social durante la batalla de ideas.

Ocho líneas analógicas tenía el territorio para hablar con la provincia y el país, nada para concretar un sueño de Internet: no más hablaban ocho mantuanos con algún punto extrafronteras y ya era imposible conectar el laborioso modem Zixel, que tantas tormentas y fracasos soportó.

Los huracanes del primer lustro de siglo ayudaron un poco; con la digitalización de las comunicaciones surgió Ecos de Mantua, y con Ecos… el “regalo” que hizo el gobierno local a sus ciudadanos en misiones internacionalistas, a los profesionales  y artistas locales, y a la diáspora patriota, que lo lee y sabe de su tierra, se divierte y crece en empatía.

Su perfil editorial no está enclaustrado en las meras líneas de la labor gobernativa; Ecos es más, mucho más; es reflejo de la idiosincrasia mantuana, de su oralidad, del pensamiento colectivo, la cientificidad, modos de hacer y la experiencia de sus hombres y mujeres en el difícil arte de vivir lejos de los grandes centros culturales de la provincia y el país… y prevalecer.

Escribir en el “sacrosanto”, Google, Ecos de Mantua, es saber de esta tierra, identificarse con sus gentes y saber que existimos y creamos.

Nuestra línea editorial, jamás cambiará, porque su diseño es vital para que Mantua se conozca por la cantidad de asambleas efectuadas en sus barrios y por las indescifrables  canciones de Chihuahua, el ángel soñador del poblado, que para “La Manigua”, no se muda jamás.

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